La sección segunda de la Audiencia de Alicante ha condenado a dos menores de edad a medidas de libertad vigilada y trabajos en beneficio de la comunidad por acosar entre 2013 y 2014 a una profesora de un colegio del municipio de San Miguel de Salinas con insultos y amenazas.

Uno de ellos, una chica, la llamó por teléfono en más de 30 ocasiones y colaboró en la realización de pintadas ofensivas, a la vez que la insultó en la calle en presencia de otras personas, por lo que ha sido declarada culpable de un delito de trato degradante y deberá cumplir un año de libertad vigilada.

Esa menor contó con la colaboración de un compañero que realizó pintadas de contenido sexual contra la profesora en el aparcamiento y en la sala de cultura del centro educativo, en las que le llamaba «pedófila», «zorra» o «asquerosa», según la resolución judicial.

Este último ha sido condenado a ocho meses de libertad vigilada por el mismo delito y tanto él como su compañera habrán de realizar cuarenta horas de trabajos en beneficio de la comunidad e indemnizar a la víctima con 5.000 euros, frente a los 20.500 que ella solicitaba.

La Audiencia de Alicante ha confirmado la sentencia dictada con anterioridad por el Juzgado de Menores 1 de Alicante tras destacar la «gravedad de los hechos», con insultos que suponen también un menosprecio hacia la autoridad de la docente.

Los magistrados consideran que esas acciones, por su reiteración, pueden generar un «sentimiento de humillación, angustia y malestar» que ha de ser resarcido con la indemnización.

Los hechos ocurrieron entre diciembre de 2013 y marzo de 2014, cuando la chica encausada llamó hasta 33 veces a la profesora, que ejercía, además, como jefa de estudios, para emitir por teléfono gritos y balbuceos.

Con posterioridad, en octubre de 2014, se cruzó por la calle con el novio de la docente y le espetó: «tu novia es una puta», mientras que otro día obligó a un niño de 11 años a escribir insultos contra la misma maestra en un polideportivo bajo la amenaza de pegarle.

En otra ocasión, cuando la perjudicada estaba denunciando en la Guardia Civil los desperfectos sufridos por su vehículo, la acusada pasó por la puerta del cuartel varias veces gesticulando y diciendo frases relacionadas con el incidente, aunque un agente la identificó y acabó marchándose.

Esta situación de acoso se inició, sin embargo, cuatro años antes, en 2011, cuando la chica ahora condenada, sola o con la ayuda de otros alumnos, escribió más de 80 mensajes insultantes y amenazantes contra la víctima en la red social Facebook en los que la llamaba «prostituta» y «gilipollas», entre otras cosas, y le advertía de que la iban a «violar» y no la iba a «salvar ni Dios».

La profesora denunció esos mensajes, pero finalmente decidió retirar la denuncia y la causa judicial fue archivada.

En todo caso, a partir de este episodio, la maestra tuvo que recibir tratamiento médico porque padecía ansiedad, nerviosismo, cefaleas, insomnio, problemas estomacales y otros en la piel de origen psicosomático.

 

Fuente: lavanguardia